¿Te gustaría llevar un estilo de vida más sostenible sin complicarte la vida y de paso ahorrar hasta 5.000 euros al año? La buena noticia es que la mayoría de los cambios que de verdad marcan la diferencia son sencillos, prácticos y fáciles de adoptar.

En esta guía hemos recopilado 101 hábitos fáciles de aplicar en tu día a día, organizados por categorías para que elijas por dónde empezar: desde ahorrar energía en casa hasta reducir residuos, comer de forma más responsable o moverte de manera más sostenible.

No se trata de hacerlo todo a la vez, sino de empezar por un par de hábitos que encajen con tu rutina y poco a poco ir incorporando más. Descubrirás que cuidar del planeta y cuidar de tu bolsillo pueden ir de la mano.

Hemos organizado los 101 hábitos en 7 categorías temáticas para que puedas navegar directamente a lo que más te interese o explorarlos todos de principio a fin.

Y si lo prefieres, te lo ponemos aún más fácil: puedes ir directamente al resumen de los 10 hábitos que más dinero te permitirán ahorrar o a los 10 hábitos que mayor impacto ecológico tienen.

I Hogar y eficiencia energética

 

1. Cambia las bombillas por LED

Una bombilla LED de 10 W sustituye a una incandescente de 60 W, consumiendo hasta un 80 % menos y durando unas 25.000 horas frente a solo 1.000. Cambiar solo 5 bombillas en casa puede ahorrarte más de 100 € al año en electricidad. Además, no emiten tanto calor, hacen tu casa más fresca en verano y apenas necesitan mantenimiento.

2. Corta el standby y desenchufa cargadores innecesarios

El consumo en standby puede suponer hasta un 10 % del consumo eléctrico del hogar. Este «consumo fantasma» proviene tanto de electrodomésticos apagados (TV, consolas, microondas, cafeteras…) como de cargadores enchufados sin su aparato o con la carga al 100% (móviles, tablets, ordenadores, cepillos eléctricos…). Usa regletas con interruptor para apagar varios equipos a la vez y desenchufa los cargadores cuando no estén en uso. Este simple hábito puede ayudarte a ahorrar hasta 40 € al año. Pequeños gestos que suman: si toda España lo hiciera, ahorraríamos la energía equivalente a una central eléctrica completa.

3. Lava la ropa en frío cuando sea posible

El 80 % de la energía de la lavadora se destina a calentar el agua. Lavar a 30 ºC en lugar de 60 ºC puede reducir el consumo a la mitad y ahorrar unos 30-40€ anuales a una familia promedio. Los detergentes modernos están formulados para ser eficaces en frío, así que la ropa quedará igual de limpia. Además, los tejidos delicados duran más sin el desgaste del agua caliente, y reduces las emisiones de CO₂ asociadas al consumo eléctrico. Solo reserva los lavados a alta temperatura si quieres hacer una limpieza intensiva de la ropa de cama o eliminar manchas muy difíciles. Más consejos en Ecodes sobre lavado eficiente.

4. Ajusta el termostato

Cada grado de diferencia equivale aprox. a un 7 % de consumo en calefacción o aire acondicionado. Lo ideal: 20–21 ºC en invierno, 25–26 ºC en verano. En una casa promedio, cada grado menos en invierno puede ahorrar 50-80 € al año, y cada grado más en verano (subir de 24ºC a 26ºC) puede ahorrar 40-60 € anuales en aire acondicionado. En invierno, abrigarse bien permite estar a gusto a 20ºC. En verano, un ventilador de techo hace que 26ºC se sientan como 23ºC.

5. Frigorífico a 5 ºC y congelador a −18 ºC

No hace falta más frío: solo gastarás más. Por cada grado menos en el frigorífico, el consumo energético puede aumentar entre un 5 y un 10 %. Evita meter comida caliente y abre lo justo para mantener la eficiencia. Un frigorífico mal regulado puede suponer hasta 100 € extra al año en la factura. Además, temperaturas demasiado bajas pueden estropear algunos alimentos: las verduras se dañan por debajo de 4ºC y la fruta tropical pierde sabor. El truco: usa un termómetro de nevera (cuestan menos de 5€) para comprobar que realmente está a la temperatura que marca el dial.

6. Sella ventanas y puertas para evitar filtraciones de aire

Coloca tiras adhesivas o burletes en puertas y ventanas para impedir que entre frío o calor del exterior. Es una mejora sencilla y económica que reduce el uso de calefacción y aire acondicionado y mejora el confort en casa. Una vivienda mal sellada puede perder hasta un 30% de la energía de climatización por infiltraciones. Los burletes cuestan entre 2-5€ por metro y se instalan sin herramientas especiales. El ahorro puede ser de 150-300€ anuales en una casa promedio. No olvides las cajas de persianas, uno de los puntos más olvidados pero que más fugas provocan – se pueden aislar con paneles de poliestireno extruido por unos 10€. Para detectar las filtraciones, pasa una vela encendida cerca de marcos de puertas y ventanas en un día con viento: si la llama se mueve, ahí tienes una fuga. Las zonas más problemáticas suelen ser las ventanas del norte y las puertas que dan al exterior. Tutorial paso a paso en este vídeo de Albañilería Bricolaje.

7. Purga radiadores al inicio del invierno

El aire atrapado reduce el rendimiento. Purgarlos garantiza que el calor se reparta bien y la caldera trabaje menos. Un radiador con aire puede calentar hasta un 25% menos y hacer que la caldera consuma más energía intentando compensar. Solo necesitas una llave de purga (cuesta unos 3€) y hacerlo una vez al año antes de encender la calefacción. El proceso es sencillo: abres la válvula hasta que salga agua sin burbujas y cierras. El ahorro puede ser de 30-50€ anuales o incluso más. Señal de que necesitas purgar: si la parte superior del radiador está fría pero la inferior caliente, o si escuchas ruidos como gorgoteos.

8. Usa el programa ECO en el lavavajillas

Aunque duran más, los programas ECO consumen hasta un 33% menos de electricidad y 36% menos agua que los ciclos normales. En una familia que usa el lavavajillas 4 veces por semana, supone un ahorro de 50-80€ anuales. Compensa tiempo por eficiencia: dura más, pero optimiza cada gota y usa menos energía para calentar el agua.

9. Cocina con tapa y elige el electrodoméstico adecuado

Tapar ollas reduce tiempos y energía hasta un 25%. Para recalentar o porciones pequeñas, el microondas usa 3–4 veces menos energía que el horno. Una familia puede ahorrar 40-60€ al año solo optimizando qué electrodoméstico usar para cada tarea: microondas para recalentar, vitrocerámica para cocciones largas, horno solo cuando sea imprescindible. Inspírate con estas recetas sencillas al microondas.

10. Optimiza el uso del horno

Aprovecha el calor residual apagándolo 5–10 minutos antes y evita precalentar si no es estrictamente necesario. Hornear en tandas ahorra aún más. El horno consume hasta 3 kWh por uso. Planificar bien puede reducir su consumo un 30%: hornea varios platos a la vez y usa el calor residual para terminar cocciones lentas. Una familia puede ahorrar 50-70€ anuales optimizando su uso. Un truquito: si hacer churrasco al horno, las costillas quedan más tiernas si las dejas reposar en el horno apagado otros 30-45 minutos aprovechando el calor acumulado.

11. Coloca bien el frigorífico y despeja los radiadores

Separa la nevera de fuentes de calor como horno o radiador – puede consumir hasta un 15% más de energía. Dejar 10-15 cm de espacio alrededor mejora la ventilación y alarga su vida útil. Limpiar las bobinas de la parte trasera una vez al año también mejora la eficiencia (guía paso a paso en WikiHow). Por otro lado, los radiadores tapados con muebles o cortinas pierden hasta un 40% de eficacia y obligan a la caldera a trabajar más. Aplicar estas tres medidas juntas puede ahorrar entre 95-120€ anuales.

12. Instala aireadores en grifos y duchas

Los aireadores reducen el caudal de 12-15 l/min a 6-8 l/min manteniendo la sensación de presión al mezclar aire con el agua. Cuestan entre 2-5€, se instalan sin herramientas y pueden ahorrar 30-40€ anuales en una familia promedio. Funcionan tanto en grifos de cocina como de baño – algunos modelos incluso permiten regular el caudal según necesites. La inversión se recupera en menos de 2 meses de uso.

13. Reduce el tiempo en la ducha y los baños

Una ducha de 5 minutos consume unos 60 litros, mientras que llenar una bañera requiere 150-200 litros. Cambiar baños o duchas largas por duchas cortas puede ahorrar 40-50€ anuales por persona. Otros trucos: cierra el grifo mientras te enjabonas, al lavarte los dientes o afeitarte – cada minuto abierto son 12-15 litros desperdiciados. Una familia de 4 puede reducir su consumo de agua hasta un 30% con estos hábitos.

14. Descongela el congelador si no es No Frost

Si tu congelador no tiene tecnología No Frost, conviene descongelarlo cada 3–6 meses o cuando la capa de hielo supere los 3–5 mm. El exceso de escarcha puede aumentar el consumo eléctrico hasta un 30% y reducir el espacio útil. Un congelador con 1 cm de hielo puede costar 50-70€ extra al año en electricidad. El proceso es sencillo: vacía el congelador, desconéctalo y deja que se descongele naturalmente. Aprovecha para limpiarlo a fondo antes de volver a conectarlo.

15. Elige electrodomésticos eficientes

Aunque cuestan más al inicio, los de mejor etiqueta energética consumen mucho menos durante su vida útil. Un frigorífico clase B puede ahorrar 100-150€ anuales frente a uno de clase F o G. La diferencia de precio se amortiza en 2-4 años, pero el electrodoméstico durará 10-15 años. Desde 2021, la escala va de A (súper eficiente, pocos la tienen) hasta G. El etiquetado es más exigente y realista – merece la pena entenderlo antes de comprar. Guía completa sobre etiquetado energético en Selectra.

16. Optimiza tu tarifa eléctrica y consumo

Si tienes una tarifa con discriminación horaria, los electrodomésticos programables (lavadoras, lavavajillas) pueden funcionar automáticamente en las horas valle sin que tengas que estar pendiente. También revisa la potencia contratada: muchas casas pagan más de lo que necesitan. Para comparar ofertas fácilmente, busca el código CUPS en tu factura (son números y letras, tipo ES0031408…) y mételo en el comparador oficial de la CNMC. Te dirá exactamente cuánto pagarías con cada compañía usando tu consumo real. Una familia puede ahorrar 100-200€ anuales ajustando estos tres puntos.

17. Instala cisternas de doble descarga

Una cisterna de doble descarga (3/6 litros) puede ahorrar hasta 15.000 litros anuales por persona frente a cisternas antiguas de 9-12 litros. Inversión de 30-50€ amortizable en menos de un año con el ahorro en la factura del agua. El botón pequeño para líquidos (3L) y el grande para sólidos (6L) se adaptan a cada necesidad. En una familia de 4 personas, supone ahorrar unos 150€ anuales en agua. La instalación es sencilla y no requiere obras, como muestra este tutorial paso a paso.

18. Repara inmediatamente grifos y cisternas que gotean

Un grifo que gotea desperdicia hasta 30 litros diarios. Parece poco, pero son más de 10.000 litros al año que se traducen en 15-25€ extra en la factura. Las cisternas que gotean son aún peores: pueden perder hasta 200 litros diarios sin que te des cuenta, porque el agua va directamente al inodoro. Además del coste económico, este desperdicio contribuye al estrés hídrico y al consumo innecesario de recursos naturales. Una reparación sencilla evita este gasto innecesario. La mayoría de goteos se solucionan cambiando una junta (cuesta 1-3€) o ajustando el mecanismo.

19. Alternativas al aire acondicionado para refrescar la casa

Un ventilador de techo consume 50-75W frente a los 2.000-3.000W de un aire acondicionado. En días de calor moderado, puede aportar la misma sensación de frescor con un 95% menos de consumo. Esto reduce las emisiones de CO₂ y alivia la red eléctrica en horas punta. Otras alternativas: cerrar persianas durante el día, crear corrientes cruzadas abriendo ventanas opuestas por la noche, usar toldos en ventanas orientadas al sur, o colocar plantas que refresquen el ambiente. Una familia puede ahorrar 200-400€ en verano combinando estas estrategias antes de encender el aire acondicionado. Más trucos en este vídeo de consejos caseros.

20. Aprovecha la iluminación natural al máximo

Abre cortinas y persianas durante el día. Colocar espejos estratégicamente amplifica la luz natural y puede reducir el uso de bombillas hasta un 30% en habitaciones oscuras. Cada hora de luz artificial evitada ahorra electricidad, reduce emisiones de CO₂ y mejora tu ritmo circadiano natural. Una familia puede ahorrar 40-60€ anuales simplemente optimizando el uso de luz natural. Además, la exposición a luz solar ayuda al organismo a producir vitamina D y regula los patrones de sueño.

21. Tiende la ropa al aire en lugar de usar secadora

La secadora consume 2-3 kWh por ciclo y genera importantes emisiones de CO₂. Tender al aire es gratis, conserva mejor los tejidos y puede suponer un ahorro de 100-200€ anuales en familias que usan mucho la secadora. Además de evitar emisiones asociadas al consumo eléctrico, el secado natural mantiene mejor las fibras, reduce la electricidad estática y aporta ese aroma fresco que solo da el aire libre. Si no tienes exterior, usar tendederos cerca de radiadores o en habitaciones ventiladas también funciona.

Conclusión sobre hogar y efeciencia energética

Aplicar estas 21 medidas en el hogar no requiere experiencia en bricolaje ni renunciar a las comodidades. Se trata de pequeños cambios de hábitos que, sumados, marcan una gran diferencia. Desde bajar un par de grados el termostato hasta colgar la ropa en lugar de usar la secadora, cada gesto cuenta.

Para una familia de cuatro personas, estos cambios pueden traducirse en más de 2.300€ de ahorro al año. Sí, has leído bien: más de 2.300€ que se quedan en tu bolsillo en lugar de irse por el desagüe (literalmente, en algunos casos). Además, reduces significativamente el consumo energético, de agua y las emisiones de CO₂.

Más allá del ahorro económico, adoptar estas prácticas es una forma de cuidar del planeta desde casa sin grandes complicaciones. Al final, apostar por la eficiencia no solo es lo responsable: es lo más inteligente que puedes hacer por tu economía doméstica.

II Alimentación y consumo

Lo que comes y cómo lo compras tiene un gran impacto en tu huella ecológica. Apostar por la proximidad, reducir desperdicio y priorizar opciones vegetales son decisiones sencillas que marcan la diferencia.

22. Compra fruta y verdura de temporada

Los productos de temporada no solo son más sabrosos y baratos, también requieren menos transporte y energía para producirse. Las fresas en enero cuestan hasta 3 veces más que en mayo y saben a cartón mojado, mientras que en temporada están dulces y jugosas.
Consumir productos de temporada reduce hasta un 95% las emisiones de transporte y refrigeración asociadas. Una forma fácil de organizarte es consultar el calendario de frutas y verduras de Yuka para saber qué toca cada mes. Tu nevera, tu bolsillo y el planeta te lo agradecerán. Además, redescubrirás el placer de esperar tu fruta favorita, como en la infancia.

23. Elige producto local siempre que sea posible

Un tomate de Almería genera 20 veces menos CO₂ que uno holandés llegando a Madrid. Además, comprar local significa productos más frescos (recogidos maduros, no verdes para aguantar el viaje), precios más justos para productores y mejor trazabilidad.
La clave está en revisar las etiquetas del súper: elige siempre el origen más cercano. También puedes frecuentar mercados locales donde productores venden directamente sus cosechas. Muchas veces descubrirás variedades que no has visto jamás, más sabrosas y a mejor precio que en grandes superficies.

24. Reduce la carne roja y opta por más vegetales

Reducir el consumo de carne roja y procesada en favor de más verduras, legumbres y cereales puede disminuir hasta un 50% tu huella alimentaria. Y tu cartera también lo notará: una familia puede ahorrar 250-350€ al año sustituyendo solo dos cenas de carne por semana. Piensa en curry de garbanzos con coco, lentejas estofadas con chorizo vegetal, chili con judías o hamburguesas de quinoa y verduras. Las legumbres son proteína de primera calidad, más baratas que la carne y se conservan meses en la despensa. Para inspirarte, echa un vistazo a estas 22 recetas sin carne de Cocina Familiar, donde encontrarás platos vegetales que no tienen nada que envidiar a los tradicionales.

25. Planifica tus menús y haz lista de la compra

Planificar los menús semanales y hacer una lista antes de ir a la compra evita compras impulsivas, desperdicio de alimentos y puede ahorrarte 40-60€ al mes. Ir al súper sin plan es como entrar en un casino: siempre sales gastando más de lo que tenías pensado.
El desperdicio alimentario representa entre el 8 y 10% de las emisiones globales de CO₂. Si te da pereza planificar (como a la mayoría), lo más fácil es tener 10-12 platos que sepas hacer y rotarlos cada semana sin complicarte. Apunta en una libreta tus platos habituales: macarrones, tortilla, lentejas, pollo al horno… y ve alternando. No se trata tanto de creatividad como de constancia. Dedica 15 minutos cada domingo y tu bolsillo te lo agradecerá.

26. Compra a granel y lleva tu propia bolsa

Comprar a granel reduce envases de un solo uso y permite llevar solo la cantidad necesaria. Una familia puede ahorrar 60-100€ al año evitando sobreenvasado y comprando cantidades exactas. Además, cada vez que llevas tu bolsa de tela evitas una de plástico que tardaría 400 años en degradarse.
Llevar siempre bolsas reutilizables (también de malla para fruta y verdura) puede evitar el uso de cientos de bolsas al año. Muchas tiendas ya ofrecen detergente, gel o champú a granel: llevas tu envase, lo rellenas y listo. Es como los antiguos ultramarinos, pero en versión moderna y sostenible. Al principio puede darte pereza acordarte de las bolsas, pero en dos semanas ya será automático.

27. Apuesta por la agricultura ecológica cuando puedas

Los productos ecológicos se elaboran sin pesticidas ni fertilizantes sintéticos, lo que favorece suelos más sanos y menor contaminación del agua. Aunque cuesten 10-30% más, cada compra es un voto por prácticas agrícolas más sostenibles.
La clave está en reconocer los sellos oficiales: busca la Eurohoja (sello ecológico europeo) o el logotipo español de agricultura ecológica. Evita productos con términos como «natural» o «artesanal» sin certificación, que pueden ser puro marketing. Un consejo: los productos ecológicos de marca blanca del súper suelen tener mejor precio que las marcas premium, pero la misma certificación.

28. Aprovecha sobras y congela antes de tirar comida

Una familia española tira 76 kg de comida al año, lo que supone unos 150-200€ directos a la basura. El desperdicio alimentario tiene un impacto enorme en el medio ambiente, pero evitarlo es más fácil de lo que parece.
Congela pan antes de que se ponga duro, fruta muy madura para batidos futuros, y guisos en porciones individuales. Las sobras tienen mil vidas: arroz en salteados, verduras pochadas en cremas, pan duro en torrijas o migas. Etiquetar con fecha lo que congelas te evita el juego de «¿qué será esto?» tres meses después. Para más ideas prácticas, echa un vistazo a estos 10 trucos para no tirar comida en casa de Soziable. La cocina de aprovechamiento no solo es sostenible, también te convierte en una persona más creativa en la cocina.

29. Bebe agua del grifo si es potable

En España, el agua del grifo es potable en prácticamente todo el territorio y cumple estándares más estrictos que muchas aguas embotelladas. Una familia puede ahorrar 120-200€ al año bebiendo del grifo en lugar de comprar botellas, además de evitar 500 envases de plástico anuales.
Si no te gusta el sabor (especialmente en zonas con agua muy calcárea), una jarra filtrante de 20€ soluciona el problema y se amortiza en un mes. Llevar tu propia botella reutilizable también reduce el consumo de envases de un solo uso y te sale gratis hidratarte fuera de casa. El planeta y tu cartera te lo agradecerán.

30. Prioriza envases retornables o reutilizables

Siempre que puedas, elige productos en envases retornables como botellas de vidrio para cerveza, leche o refrescos. Estos envases pueden reutilizarse hasta 50 veces antes de ser reciclados, reduciendo residuos y emisiones de transporte en un 80% comparado con envases de un solo uso.
En España, muchas cerveceras artesanales y algunas grandes marcas siguen usando el sistema de retorno, aunque cada vez es menos común. Pregunta en tu tienda habitual si aceptan devolución de envases o busca productos que vengan en tarros de vidrio reutilizables (conservas, mermeladas, salsas). Esos tarros son perfectos después para almacenar especias, llevar comida al trabajo o congelar caldos caseros. Un envase que ya tienes en casa vale más que uno nuevo por muy ecológico que sea.

31. Da preferencia a pescado con criterio sostenible

La sobrepesca está dejando nuestros océanos vacíos, pero elegir pescado responsable no tiene por qué ser un quebradero de cabeza. Prioriza pesca local y de temporada: sardinas, boquerones o caballa en lugar de salmón noruego o atún de tres océanos de distancia.
En acuicultura, busca granjas certificadas ecológicas o con prácticas responsables: sin antibióticos, con alimentación sostenible y densidades bajas. Los sellos MSC (pesca salvaje) o ASC (acuicultura) certifican prácticas responsables y son cada vez más comunes en supermercados españoles. En pescaderías locales suelen saber de dónde viene cada pescado y pueden recomendarte opciones sostenibles según la época. Al final, el mejor pescado sostenible es el que menos viaja.

32. Evita productos ultraprocesados

Bollería industrial, pizzas congeladas, salsas de bote, cereales azucarados, embutidos procesados o bebidas energéticas suelen venir sobreenvasados, recorrer miles de kilómetros y estar cargados de conservantes, azúcares añadidos y grasas trans. Una familia puede ahorrar 40-60€ al mes cocinando en casa con ingredientes básicos.
Más allá del dinero, los ultraprocesados se asocian con mayor riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Hacer tu propia salsa de tomate lleva 10 minutos y no tiene azúcar añadido ni conservantes. Las galletas caseras duran una semana y sabes exactamente qué llevan. Un batido de fruta natural te aporta vitaminas reales, no saborizantes. No hace falta volverse chef: empezar por sustituir dos o tres procesados por opciones caseras ya beneficia tu salud, tu bolsillo y el planeta.

33. Organiza tu despensa y nevera

Una nevera y despensa organizadas pueden ahorrarte 50-80€ al mes evitando compras duplicadas y comida que se estropea. La clave está en aplicar el método FIFO (First In, First Out): lo más antiguo delante, lo nuevo detrás.
Usa cestas o cajas pequeñas para agrupar por categorías: latas, legumbres, conservas, snacks… Así evitas el clásico «tenía tres botes de tomate frito escondidos». Antes de ir a comprar, haz un «inventario rápido»: muchas veces ya tienes ingredientes suficientes para varias comidas. Este hábito de dos minutos te puede ahorrar euros y evita que la lechuga se convierta en sopa verde en el cajón de las verduras.

34. Cultiva algo en casa, aunque sea pequeño

Tener plantas comestibles en casa conecta con los ritmos naturales y aporta satisfacción que ningún supermercado puede dar. Ver crecer tus propios tomates cherry, albahaca o perejil desde semilla hasta plato es casi mágico, además de garantizarte ingredientes sin envases ni transporte.
No necesitas jardín ni experiencia: unas macetas en la ventana bastan para lechugas, espinacas o hierbas aromáticas. Los rabanitos crecen en tres semanas y las fresas aguantan varios años dando frutos. Regar y cuidar plantas también reduce el estrés y te ayuda a desconectar del móvil. La naturaleza quiere crecer, solo necesita un poco de agua, luz y paciencia. Empezar por algo fácil como albahaca o perejil te dará confianza para experimentar más.

35. Únete a grupos de consumo o cooperativas locales

Estas iniciativas agrupan vecinos para comprar directamente a productores locales, sin intermediarios. Puedes ahorrar 15-25% en productos ecológicos y acceder a verduras, frutas y productos de temporada más frescos y sabrosos.
Además de precios más justos, reduces transporte, fomentas la economía local y conoces exactamente quién cultiva tu comida. Muchos grupos funcionan con pedidos semanales y reparto en un punto común (centro cívico, local, etc.). Para encontrar uno cerca, busca «grupo de consumo + tu ciudad» en buscadores o pregunta en tiendas ecológicas del barrio. Suelen ser comunidades muy acogedoras donde intercambiar recetas y consejos sobre alimentación sostenible.

36. Conserva alimentos con técnicas tradicionales

Encurtidos, conservas caseras o deshidratado alargan la vida útil de frutas y verduras sin conservantes químicos ni envases industriales. Reutiliza tarros de mermeladas o conservas que ya tienes para crear tus propias conservas y reducir dependencia de productos procesados.
Hacer mermeladas con fruta muy madura, encurtir pepinos o cebollitas, o deshidratar tomates y hierbas son técnicas milenarias que vuelven a estar de moda. Además de alargar la conservación, intensifican sabores y te permiten disfrutar productos de temporada todo el año. Para empezar con técnicas básicas, echa un vistazo a este tutorial sobre conservas tradicionales que explica paso a paso cómo hacer tus primeras conservas. Es una forma de conectar con tradiciones culinarias mientras reduces residuos y ahorras dinero.

37. Alimenta a tus mascotas de forma más sostenible

La dieta de perros y gatos también genera huella ecológica, sobre todo si se basa en piensos con alto contenido en carne de producción intensiva. Hoy existen opciones más sostenibles, como piensos elaborados con proteína de insecto, con menor impacto ambiental y buena tolerancia digestiva.
Marcas como InsectDog de Green Petfood o Yora están disponibles en tiendas especializadas en España y ofrecen piensos hipoalergénicos con proteína de insectos. También puedes aprovechar recortes de carne o pescado cocinados sin sal ni salsas para complementar su comida, siempre que lo consultes con tu veterinaria. Ajustar bien las raciones evita desperdicio y mejora su salud, y comprar envases grandes o reciclables también reduce residuos.

Conclusión

Estos 16 hábitos pueden ahorrarte más de 1.500€ al año mientras transformas tu relación con la comida. Planificar menús, comprar local, aprovechar sobras o cultivar hierbas aromáticas en casa son cambios que conectan con algo más profundo: la satisfacción de cocinar conscientemente y saber de dónde viene lo que comes.
No hace falta cambiarlo todo de golpe. Empieza por organizar la despensa o cambiar el agua embotellada por la del grifo, y verás cómo otros hábitos van llegando naturalmente. Cada decisión suma: menos desperdicio, mejor salud, más dinero en el bolsillo y la tranquilidad de estar haciendo las cosas bien.
Al final, comer de forma sostenible es redescubrir el placer de alimentarse con conciencia. Tu paladar, tu economía y el planeta salen ganando.

III Transporte y movilidad sostenible

El transporte es una de las mayores fuentes de emisiones de CO₂. Cambiar la forma en que nos movemos no solo reduce contaminación, también mejora tu salud y puede ahorrar mucho dinero en combustible.

38. Camina o usa la bicicleta para trayectos cortos

Más del 40 % de los desplazamientos en ciudad son de menos de 5 km. Una distancia ideal para hacer a pie o en bici, sin contaminar y haciendo ejercicio.
Cambiar el coche por tus piernas o por pedales reduce emisiones, mejora tu salud y recorta gastos en combustible, mantenimiento… y tiempo buscando aparcamiento.
Por cada kilómetro no recorrido en coche se evitan entre 150 y 200 g de CO₂, y se ahorran unos 0,15 €. Si sustituyes solo dos trayectos cortos al día, puedes ahorrar entre 300 y 500 € al año sin darte cuenta.
Y lo mejor: caminar o pedalear de forma habitual reduce el riesgo de enfermedades crónicas hasta un 30 %. Basta con 30 minutos diarios para empezar a notar la diferencia.
Si quieres iniciarte en la bici urbana, echa un vistazo a estos consejos para circular en bici por la ciudad del blog de Forum Sport, con trucos prácticos para moverte con más seguridad y confianza.

39. Usa transporte público siempre que puedas

El transporte colectivo es una de las formas más eficaces de reducir la huella de carbono en ciudad. Un autobús puede sustituir a 30 coches particulares, y un tren de cercanías a más de 100. El resultado: menos emisiones, menos ruido y menos atascos.
A nivel personal, el transporte público reduce el estrés y permite aprovechar el trayecto para leer, escuchar música o simplemente descansar. Y cuesta mucho menos.
Según la OCU, usar coche para ir a trabajar puede costar entre 2.000 y 4.000 € al año, mientras que en transporte público el gasto puede bajar a menos de 600 € anuales.
Además, muchas ciudades ofrecen bonos mensuales con tarifa plana, descuentos por uso frecuente o incluso ayudas estatales como el abono gratuito de Cercanías y Media Distancia. Un ejemplo actualizado es la recopilación de ayudas y descuentos en trenes que publica la OCU. Conviene revisar cada año estas medidas, ya que cambian según la política de transporte vigente.

40. Comparte coche con compañeros/as

Compartir coche reduce el gasto en combustible y las emisiones por persona a la mitad o incluso más, según cuántos os pongáis de acuerdo. Es ideal para ir al trabajo o a cualquier otro trayecto frecuente.
Una persona que conduce sola puede gastar más de 100 € al mes en gasolina. Al compartir, ahorras dinero, reduces el tráfico y necesitas menos sitio para aparcar.
En trayectos largos también es una opción muy útil, ya que permite dividir gastos y hacer el viaje más entretenido en compañía.

41. Mantén el coche a punto

Revisar tu coche con regularidad puede ahorrar hasta un 10 % de combustible, lo que equivale a unos 150 € al año, y además reduce emisiones.
Comprueba la presión de los neumáticos al menos una vez al mes: si están bajos, el coche consume más y se desgastan antes. Cambiar filtros, mantener el motor afinado y seguir el plan de revisiones del fabricante alarga la vida del vehículo y reduce la contaminación.
Un coche bien cuidado gasta menos, contamina menos y, sobre todo, es más seguro para ti y para quienes viajan contigo.

42. Conduce de forma eficiente

Una conducción suave puede reducir el consumo hasta un 15 %. Evita acelerones, mantén la velocidad constante y aprovecha la inercia del vehículo.
Cambia de marcha pronto, apaga el motor si vas a parar más de un minuto y planifica tus trayectos para evitar desvíos innecesarios.
Conducir con eficiencia también reduce el desgaste del coche y mejora la seguridad durante el trayecto.
Consulta más consejos prácticos en las 10 reglas de oro de la conducción eficiente del IDAE.

43. Revisa si realmente necesitas dos coches en casa

Tener un segundo coche supone un gasto fijo importante: seguro, reparaciones, revisiones, impuestos, ITV, aparcamiento y combustible. En total, puedes estar gastando entre 2.000 y 4.000 € al año por un coche que tal vez no usas tanto.
Antes de mantener o comprar otro coche, plantéate si podrías reorganizar tus trayectos con transporte público, car sharing, o incluso alquiler ocasional.
En muchos casos, un patinete eléctrico, una bicicleta eléctrica o una buena combinación de medios de transporte puede cubrir perfectamente los trayectos de corta y media distancia, por mucho menos dinero y con cero emisiones.

44. Prioriza vehículos eléctricos o híbridos

Los coches eléctricos o híbridos enchufables son cada vez más accesibles y sostenibles. Aunque el precio inicial es mayor, el coste por kilómetro es hasta 3 veces menor que en un coche de gasolina, y requieren menos mantenimiento (sin aceite, embrague ni correa de distribución).
Además, hay ayudas como el Plan MOVES III, vigente hasta diciembre de 2025, con hasta 7.000€ de subvención por la compra de un eléctrico con achatarramiento, más una deducción fiscal del 15% (máximo 3.000€) en el IRPF.
Los eléctricos no emiten CO₂ ni gases contaminantes en circulación, lo que mejora la calidad del aire en ciudades. Consulta cómo solicitar las ayudas en RACE Plan MOVES.

45. Evita vuelos (o viajes en coche) cuando haya alternativa en tren

El tren es una de las formas más limpias de viajar. Para trayectos de media distancia, sustituir un vuelo o un viaje en coche individual por tren reduce las emisiones de CO₂ en más de un 80%.
Un vuelo emite entre 5 y 7 veces más CO₂ que un trayecto equivalente en tren. Y viajar solo en coche también genera una huella elevada: unos 120-150 g de CO₂ por km, frente a solo 14 g por pasajero-km en tren.
Además, el tren es cómodo, te deja en el centro de la ciudad, no tiene largas esperas y permite trabajar o descansar con wifi. Por ejemplo, un Madrid-Barcelona en AVE evita más de 100 kg de CO₂ por pasajero y puede ser más rápido que el avión, puerta a puerta.
Más comparativas sobre emisiones en transportes en The Circular Lab.

46. Haz videollamadas en lugar de viajes de trabajo innecesarios

Muchas reuniones presenciales pueden resolverse por videollamada, sin necesidad de desplazamientos. Evitar un solo viaje de trabajo en coche o avión puede reducir entre 50 y 300 kg de CO₂, además de ahorrar combustible, dietas, alojamiento y tiempo.
Una reunión online de una hora puede evitar hasta 6 horas de viaje. Desde la pandemia, el trabajo remoto y las reuniones virtuales se han normalizado en empresas de todo el mundo. Plataformas como Zoom, Google Meet o Microsoft Teams permiten colaborar a distancia de forma eficaz.
Menos viajes significa menos emisiones, menos gastos… y más tiempo para lo que importa.

47. Agrupa todos los recados en una sola salida

Planifica tus gestiones (supermercado, farmacia, banco, etc.) para hacerlas en un solo trayecto. Así puedes evitar 2 o 3 viajes semanales en coche y reducir su uso hasta un 30%.
Este pequeño cambio reduce el consumo de combustible, el desgaste del coche y tu huella de carbono. Evitar solo 40-60 km semanales puede suponerte un ahorro de hasta 200-300€ al año en gasolina y mantenimiento, además de más tiempo libre y menos estrés.
También es una forma de organizarte mejor y evitar compras impulsivas.

48. Negocia teletrabajo 1-2 días por semana

Trabajar desde casa uno o dos días a la semana puede evitar entre 50 y 100 desplazamientos anuales, reduciendo notablemente las emisiones, el gasto y el estrés.
Si recorres 20 km diarios para ir al trabajo, eso supone hasta 2.000 km menos al año en coche, con un ahorro estimado de 400-700€ en combustible, mantenimiento y peajes. Además, ganas tiempo, reduces el riesgo de accidentes y mejoras la conciliación familiar y el bienestar mental.
Muchas empresas ya ofrecen modelos de trabajo híbrido. Si aún no lo tienes, proponlo como una medida de ahorro y sostenibilidad.

49. Aprovecha servicios de entrega para productos pesados

Cuando compres electrodomésticos, muebles u otros objetos grandes, usa el servicio de entrega a domicilio. Así evitas un viaje largo en coche, el esfuerzo de carga y gastos como combustible, peajes o aparcamiento.
En muchos casos, el envío puede costar menos que hacer el trayecto tú mismo. Además, algunos distribuidores agrupan entregas o usan vehículos eléctricos, lo que reduce aún más el impacto ambiental.
Elegir la entrega a domicilio también ahorra tiempo y evita emisiones innecesarias si el producto viene igualmente de un centro logístico.

50. Moverte fuera de las horas punta puede reducir el tiempo de trayecto hasta en un 50%

Especialmente en ciudades. Al evitar atascos, gastas menos combustible, frenas menos y contaminas mucho menos.
Además, conducir con tráfico fluido es más seguro, menos estresante y alarga la vida útil del coche (frenos, embrague, motor). Si tienes cierta flexibilidad, ajustar tus horarios es una forma sencilla de hacer tus desplazamientos más sostenibles y eficientes sin cambiar de medio de transporte.

51. Quita peso innecesario del maletero

Circular con objetos pesados en el coche —como maletas olvidadas, herramientas que no usas o incluso portaequipajes instalados todo el año— aumenta el consumo de combustible sin que te des cuenta. Cada 100 kg extra pueden incrementar el gasto de carburante entre un 3% y un 5%, sobre todo en trayectos urbanos. Vaciar el maletero regularmente es un gesto simple que reduce emisiones y te ayuda a ahorrar hasta 70€ al año en gasolina, dependiendo del uso del vehículo. Además, mejora la eficiencia y alarga la vida del coche.

Conclusión sobre transporte y movilidad sostenible

Cambiar la forma en que nos movemos es una de las decisiones más impactantes para el planeta y el bolsillo. Estos 14 hábitos pueden ahorrarte entre 1.500 y 3.000€ anuales mientras reduces drásticamente tu huella de carbono.
Los cambios más efectivos no requieren inversión: caminar para trayectos cortos, compartir coche, mantener el vehículo a punto o evitar viajes innecesarios. El transporte representa el 25% de las emisiones globales, pero también es donde tienes más control directo. Cada kilómetro que evitas cuenta, y la movilidad sostenible no solo cuida el planeta: también te hace ganar tiempo y reducir estrés.

IV Reducción de residuos y reciclaje

La mejor forma de gestionar residuos es no generarlos. Apostar por reutilizar, reparar y reciclar correctamente reduce tu impacto y ayuda a cerrar el círculo de materiales.

52. Di no a las bolsas de plástico de un solo uso

En España usamos 142 bolsas de plástico por persona al año (antes de las restricciones de 2018 llegábamos a 241). Muchas acaban en vertederos, ríos o mares, y pueden tardar hasta 400 años en degradarse, liberando microplásticos.
Llevar una bolsa reutilizable de tela, algodón orgánico o PET reciclado evita residuos, contamina menos y ahorra dinero: muchas tiendas ya cobran entre 5 y 15 céntimos por bolsa. También puedes usar bolsas de malla para fruta y verdura, carritos de la compra tradicionales o cestas para trayectos cortos. En un año, evitar bolsas de un solo uso puede suponer un ahorro de 15 a 30€, además de un impacto positivo directo sobre el planeta.
Descubre nuestra selección de bolsas ecológicas personalizadas fabricadas con materiales sostenibles.

53. Usa botellas reutilizables rellenables cuando estés fuera de casa

En el trabajo, en el gimnasio o al hacer recados, evita comprar agua embotellada. Una botella reutilizable de calidad puede sustituir entre 150 y 300 botellas de plástico al año, lo que supone un gran ahorro económico y ambiental.
Las más recomendadas son de acero inoxidable (térmicas, seguras y duraderas) o vidrio reforzado. Son fáciles de limpiar, no alteran el sabor y resisten bien el uso diario.
Además de reducir residuos, puedes ahorrar entre 50 y 100€ al año evitando botellas de un solo uso.

54. Haz compostaje en casa o en tu comunidad

Hasta un 40% de los residuos del hogar son orgánicos: restos de comida, cáscaras, posos de café… En lugar de tirarlos, puedes compostarlos para reducir emisiones de metano, evitar bolsas malolientes y obtener abono natural gratuito.
Puedes usar composteras domésticas, contenedores comunitarios o puntos de recogida municipales. Incluso en pisos sin jardín es posible: existen compostadoras de interior (con o sin lombrices) adaptadas a espacios pequeños.
El compostaje doméstico puede reducir hasta un 30% el volumen total de residuos que generas, aliviando el sistema de recogida municipal. Guía paso a paso en Plantea en Verde.

55. Evita vajillas desechables

Los platos, vasos y cubiertos de plástico o cartón de usar y tirar son muy contaminantes y generan muchos residuos en cada fiesta o reunión. La alternativa es sencilla: usa vajilla reutilizable de loza, vidrio, metal o bambú. Incluso si compras un set básico solo para celebraciones, se amortiza rápido y dura años.
El ahorro también cuenta: un pack de platos y vasos desechables para 20 personas puede costar unos 10–15 €, y si repites la compra varias veces al año, enseguida superas los 50 € anuales. Con una vajilla duradera reutilizable gastas una sola vez y evitas tirar bolsas llenas de plásticos y cartones tras cada evento.
Además, la mesa se ve más cuidada y elegante, sin tanto desperdicio al final.

56. Aprende a separar correctamente los residuos

Reciclar bien empieza en casa. Una mala separación puede hacer que materiales perfectamente reciclables acaben en el vertedero.
Algunos errores comunes: los briks de leche o zumo van al amarillo, no al azul. Las bolsas de plástico ligeras y las bandejas de poliespán de carne o pescado también van al amarillo, igual que los envoltorios de embutidos o quesos, aunque estén manchados. Las toallitas húmedas, aunque digan “biodegradables”, deben ir siempre al resto, y lo mismo ocurre con las servilletas o papel de cocina sucios de comida. Las cápsulas de café no van a ningún contenedor: hay que llevarlas a puntos de recogida específicos. Y recuerda que el vidrio (botellas, tarros) sí va al verde, pero los cristales, ventanas o espejos deben ir al punto limpio.
Separar bien multiplica la eficacia del sistema y permite que los materiales vuelvan a convertirse en nuevos productos, en lugar de acabar como residuos.

57. Reutiliza tarros y envases de vidrio

Los tarros de conservas, mermeladas o salsas pueden ahorrarte 15-25€ anuales en tuppers y recipientes nuevos. Son perfectos para almacenar especias a granel (que cuestan hasta un 70% menos), preparar comidas por lotes para la semana, llevar ensaladas al trabajo o congelar sopas en porciones individuales.
El vidrio no absorbe olores, no se mancha con tomate o cúrcuma, y puedes ver el contenido de un vistazo. Para quitar las etiquetas fácilmente, usa agua caliente con aceite o un secador para despegar el adhesivo. Muchos tarros tienen medidas estándar que encajan perfectamente en los estantes de la nevera.
Una familia promedio tira unos 50 tarros de vidrio al año que podrían seguir siendo útiles décadas más. Un gesto simple que convierte residuos en herramientas útiles para organizar tu hogar de forma sostenible.

58. Dona ropa y objetos que ya no uses

La ropa que ya no usas —si está en buen estado— puede tener una segunda vida en manos de otra persona. Lo mismo ocurre con juguetes, libros, menaje o pequeños electrodomésticos. Tus donaciones pueden ahorrar cientos de euros anuales a familias que necesitan ropa, material escolar o juguetes para sus hijos.
Donar evita que estos objetos terminen en el vertedero y ayuda a reducir el enorme impacto ambiental de los residuos textiles, uno de los más contaminantes del mundo. Es una forma directa de reducir residuos sin que te cueste dinero.
Puedes llevarlos a entidades como Cruz Roja, Cáritas o usar los contenedores de Humana repartidos por toda España. También existen apps como Vinted o Wallapop para darles una segunda oportunidad. Más información sobre puntos de donación en Humana España.
Dona solo lo que esté limpio y en condiciones de uso. Lo que a ti no te sirve, a otra persona le puede cambiar el día.

59. Repara antes de reemplazar

Una costura, una cremallera, una suela o una pieza suelta… Muchas veces, un pequeño arreglo puede alargar la vida útil de un producto varios años. Desde ropa y calzado hasta electrodomésticos y electrónica pequeña, reparar es más barato y ecológico que comprar nuevo.
Busca talleres locales, zapateros o mercerías para objetos del hogar, y servicios técnicos o puntos de reparación colaborativa para aparatos como batidoras, planchas, lámparas o radios. También hay muchos tutoriales online con arreglos sencillos que puedes hacer sin ser experto: cambiar una cremallera cuesta unos 8-15€ frente a los 60€ de una chaqueta nueva, o cambiar el tubo de una aspiradora cuesta 25€ en lugar de comprar una nueva por 150€. Encuentra guías paso a paso en Reparatumismo Spain o iFixit.
Reparar evita residuos, apoya la economía local y alarga la vida útil de tus objetos. En muchos casos, el arreglo cuesta solo una fracción del precio de reemplazar el producto, además de mantener funcionando cosas que conoces y te gustan.

60. Usa servilletas de tela en lugar de papel

Una servilleta de tela bien cuidada puede sustituir cientos de servilletas de papel a lo largo de su vida útil. Si la lavas junto con la ropa habitual, su impacto ambiental es mínimo.
Además de ser más sostenible, son más resistentes, no se rompen y aportan un toque más cálido a la mesa.
Elige tejidos duraderos como algodón orgánico o lino, o reutiliza telas viejas para hacer tus propias servilletas. De esta forma, reduces residuos diarios y evitas compras innecesarias.
Un hogar que sustituye el papel por tela puede ahorrar fácilmente 50 € al año y reducir el consumo de celulosa, agua y químicos asociados a la fabricación de servilletas desechables.

61. Convierte camisetas y sudaderas viejas en trapos de limpieza

Antes de tirar camisetas, sudaderas, ropa interior o pijamas gastados, dales una segunda vida como trapos de limpieza reutilizables. El algodón usado es suave, absorbente y no deja pelusas, lo que lo hace perfecto para el día a día.
Son ideales para limpiar polvo, cristales, muebles, la cocina o el coche. Si la tela es más gruesa (como en las sudaderas), también sirve para fregar suelos, limpiar herramientas o proteger superficies.
Con este gesto evitas comprar bayetas sintéticas o toallitas desechables, generas menos residuos textiles y ahorras dinero con algo que ya tenías en casa. Además, en la Unión Europea se generan más de 16 kilos de residuos textiles por persona cada año, así que cualquier reutilización cuenta.

62. Usa pilas recargables en lugar de alcalinas

Una pila recargable puede sustituir hasta 200 pilas de un solo uso a lo largo de su vida útil. Esto supone un importante ahorro económico y evita residuos altamente contaminantes, ya que las pilas convencionales contienen metales pesados y componentes tóxicos.
En un hogar medio se compran 12–24 pilas al año, lo que equivale a un gasto aproximado de 15–30 € anuales. Con un pack de recargables y un cargador, la inversión se amortiza en poco tiempo y a partir de ahí todo es ahorro.
Son perfectas para dispositivos de uso frecuente como mandos, juguetes, linternas, ratones o cámaras. Aunque la inversión inicial es algo mayor, se compensa con creces si las usas habitualmente.
Elige pilas recargables de calidad (preferiblemente con buena retención de carga) y recíclalas adecuadamente al final de su vida útil.
Consulta esta comparativa de la OCU en PDF (aviso: descarga directa) para saber cuáles rinden mejor.

63. Haz limpiadores caseros con ingredientes básicos

Con vinagre blanco, bicarbonato y limón puedes limpiar la mayoría de superficies de casa sin necesidad de químicos agresivos.
Un poco de vinagre con agua limpia cristales y encimeras. El bicarbonato va genial para quitar olores de la nevera o frotar las juntas. Y si mezclas vinagre con bicarbonato y agua caliente, tienes un truco eficaz para desatascar tuberías o limpiar el horno sin tóxicos.
Otros usos sencillos: el limón elimina manchas de óxido y deja buen olor en la cocina. Si mezclas bicarbonato con unas gotas de limón, consigues una pasta que pule metales y deja los grifos relucientes. Y con un pulverizador de agua, vinagre y unas gotas de aceite esencial (lavanda, limón, eucalipto) puedes hacer un ambientador natural: al principio huele a vinagre, pero desaparece pronto y queda el aroma del aceite.
Con estos básicos puedes gastar solo 30–40 € al año en limpieza, frente a los 100–120 € que suele costar un arsenal de productos convencionales. El ahorro potencial ronda los 70–80 € anuales, además de evitar envases de plástico y mejorar el aire dentro de casa.

64. Alquila o pide prestado lo que solo vas a usar una vez

Antes de comprar algo que apenas vas a utilizar, piensa si no sería mejor alquilarlo o pedírselo prestado a alguien. Una tienda de campaña para una escapada puntual, una hidrolimpiadora para limpiar la terraza o una máquina de raclette para una cena especial… Son objetos que cuestan dinero, ocupan espacio y luego se pasan el año guardados.
Alquilar suele ser mucho más sensato. Una hidrolimpiadora, por ejemplo, puede alquilarse desde 20 € al día, mientras que comprarla puede costar más de 200 €. Si la usas una vez al año, la diferencia es clara.
Con este hábito ahorras dinero, evitas acumular trastos innecesarios, reduces residuos y fomentas una economía más colaborativa y sostenible. Y de paso, tu casa se mantiene más despejada.

65. Convierte periódicos o revistas viejas en papel de regalo

Dar una segunda vida a los periódicos o revistas impresas es tan fácil como usarlos para envolver regalos. No solo evitas comprar papel de regalo (que muchas veces está plastificado y no se recicla bien), también consigues un envoltorio original, creativo y con aire vintage.
Además, te ahorras entre 5 y 10 € al año en papel de envolver y evitas generar más residuos innecesarios. Para darle un toque especial, puedes añadir un cordel de yute, una ramita seca o incluso una flor prensada. El resultado: sostenible, económico y mucho más elegante que el papel brillante de usar y tirar.

66. Usa champú sólido y jabón en pastilla

Los cosméticos sólidos duran más, evitan envases plásticos y ocupan menos espacio en el baño. Un champú sólido equivale a 2 o 3 botes de champú líquido, lo que puede suponer un ahorro de entre 15 y 25 € al año.
Además, muchos champús y jabones en pastilla están formulados con ingredientes naturales y sin sulfatos, por lo que resultan más suaves para pieles sensibles. También son más prácticos para viajar: no ocupan apenas espacio y, al no ser líquidos, no dan problemas en aeropuertos.
Para que duren más en un entorno húmedo, guárdalos en una jabonera con rejilla o en una jabonera de corcho, que permite que la pastilla respire y se seque bien. Evita las cajas cerradas sin ventilación y, si viajas, opta por una lata metálica con orificios: protege el champú y lo mantiene compacto. Un truco muy útil es cortar la pastilla en 2 o 3 trozos y usar solo uno cada vez; así el resto se conserva seco y no se desperdicia producto con la humedad del baño.
Busca siempre marcas con certificaciones ecológicas y evita pagar de más por el “packaging” bonito pero innecesario. Lo importante es el producto, no la caja que lo envuelve.

67. Usa sobras de café y cáscaras de huevo trituradas como fertilizante

En lugar de tirar los posos del café y las cáscaras de huevo, dales una segunda vida como fertilizante natural para tus plantas. El café aporta nitrógeno, mejora la estructura del suelo y atrae lombrices beneficiosas. Las cáscaras de huevo, bien secas y trituradas, añaden calcio y ayudan a prevenir problemas como la podredumbre apical en tomates.
Una cucharada de café usado cada 10–15 días sobre la tierra de plantas medianas es suficiente, y puedes añadir cáscaras trituradas una vez por semana. Es un recurso gratuito que sustituye fertilizantes químicos que pueden costar alrededor de 30 € al año si tienes huerto o varias plantas en casa.
Eso sí, no abuses en macetas pequeñas: un exceso puede alterar el pH o saturar la tierra de nutrientes.

Conclusión: el arte (y el placer) de no tirar

Aplicar estos hábitos de reducción de residuos puede ahorrarte entre 300 y 500 € al año, y eso sin contar lo que dejas de gastar al reparar en lugar de reemplazar o al alquilar en vez de comprar.
El verdadero truco está en cambiar el chip: pasar de “usar y tirar” a “reutilizar y aprovechar”. Tu casa se convierte en un laboratorio de creatividad donde los periódicos son papel de regalo, las camisetas viejas los mejores trapos de limpieza y los tarros de mermelada pequeños cofres para guardar especias.
Reducir residuos no es solo una moda ecológica: es sentido común con beneficios. Menos trastos acumulados, más dinero en el bolsillo y la prueba de que los gestos diarios marcan la diferencia. Incluso ese champú sólido que parece un jaboncito de hotel y que, sin hacer ruido, evita varios botes de plástico cada año.

V Consumo digital y tecnología responsable

El mundo digital también tiene una huella ambiental: servidores, dispositivos y energía. Adoptar hábitos responsables en este ámbito es clave para reducir emisiones y alargar la vida de la tecnología que ya tenemos.

68. Reduce el envío de correos innecesarios y limpia tu bandeja

Cada correo electrónico consume energía: al enviarse, al almacenarse en servidores y al mantenerse disponible en la nube. Un solo email con archivo adjunto puede generar hasta 10 g de CO₂, y si envías muchos al día, el impacto se multiplica. Enviar 20 correos diarios con archivos puede generar más de 70 kg de CO₂ al año, lo mismo que conducir unos 300 km.
Además del impacto ambiental, la sobrecarga digital afecta a tu bienestar. Elimina suscripciones que no lees, borra correos antiguos y evita mensajes vacíos como “ok” o “gracias”. Reducir el ruido digital ayuda a ahorrar energía, reducir emisiones y mejorar tu salud mental.

69. Ajusta el brillo de pantallas para ahorrar energía y cuidar tu vista

Reducir el brillo de la pantalla en portátiles, móviles o monitores es una forma sencilla de disminuir el consumo energético. En muchos dispositivos, un brillo muy alto no es necesario y acorta la autonomía de la batería. Disminuir el brillo un 20-30 % puede extender la duración de la batería hasta una hora en portátiles, y alargar la vida útil del dispositivo al reducir la carga térmica. Además, mantener el brillo alto en interiores o durante la noche contribuye a la fatiga visual y al insomnio. Ajusta el brillo manualmente o activa el modo automático para adaptarlo según la luz ambiental. Un cambio mínimo que protege tu salud ocular, ahorra batería y reduce el consumo eléctrico.

70. Alarga la vida de tus dispositivos en lugar de sustituirlos

Cada año se desechan millones de móviles, tablets y ordenadores que todavía podrían funcionar. Fabricar un solo smartphone nuevo puede emitir hasta 90 kg de CO₂ y requiere materiales escasos como litio o cobalto. Antes de comprar un dispositivo nuevo, considera reparar el actual o ampliarlo: cambiar la batería, añadir memoria RAM o restaurar el sistema puede costar mucho menos y **alargar su vida varios años**. Plataformas como iFixit ofrecen guías gratuitas para reparaciones sencillas, y cada vez hay más talleres locales especializados. Cuidar y mantener tu tecnología no solo es más sostenible, también puede suponer un ahorro de cientos de euros.

71. Compra dispositivos reacondicionados en lugar de nuevos

Cuando necesites renovar tu móvil, portátil o tablet, considera la opción reacondicionada. A diferencia de un producto de segunda mano, los dispositivos reacondicionados han sido revisados, restaurados y suelen incluir garantía. Esta alternativa reduce hasta un 80 % las emisiones de CO₂ asociadas a la fabricación de un dispositivo nuevo y evita la extracción de materiales escasos como litio o tierras raras. Además, puedes ahorrar entre un 30 % y un 60 % del precio original. Plataformas especializadas como Back Market, Certideal o Swappie ofrecen un catálogo amplio con garantía incluida y opciones de financiación. Elegir reacondicionado es una forma sencilla de reducir tu impacto ambiental y ahorrar dinero sin renunciar a la calidad.

72. Descarga música y series en lugar de hacer streaming continuo

El streaming de vídeo y audio requiere mucha energía: tanto por el uso de tu dispositivo como por los servidores que transmiten datos de forma continua. Ver una hora de contenido en HD puede generar hasta 300 gramos de CO₂. Si repites con frecuencia ciertas canciones, podcasts o capítulos de una serie, descarga el contenido y actívalo en modo sin conexión. Así reduces la carga de datos, el impacto ambiental y también el consumo de batería.
Además, si usas WiFi en lugar de redes móviles 4G o 5G, estarás optimizando aún más el consumo energético. Las redes móviles pueden gastar hasta 10 veces más energía por cada GB transmitido. Una forma sencilla de reducir tu huella digital sin renunciar al entretenimiento.

73. Recicla correctamente tus aparatos electrónicos

Los residuos electrónicos (RAEE) incluyen móviles, tablets, ordenadores, cargadores, lámparas, pequeños electrodomésticos y muchos otros productos tecnológicos que usamos a diario. Cuando se tiran a la basura común, liberan sustancias tóxicas como plomo o mercurio que contaminan suelos y aguas. Además, muchos contienen metales valiosos como oro, cobre o plata, que pueden recuperarse si se reciclan correctamente. En España puedes llevarlos a puntos limpios o depositarlos en tiendas que vendan aparatos similares: están obligadas a aceptarlos de forma gratuita. Para saber dónde reciclar, consulta el buscador de puntos limpios más cercanos en punto-limpio.info. Reciclar bien tus dispositivos reduce el impacto ambiental de la tecnología, evita emisiones innecesarias y fomenta una economía más circular.

74. Usa el modo oscuro en móvil para reducir consumo y fatiga visual

El modo oscuro invierte los colores claros por tonos negros y grises. Este cambio es una forma muy efectiva de ahorrar batería en móviles con pantallas OLED o AMOLED. En este tipo de pantallas, cada píxel se ilumina de forma independiente, y cuando el color es negro, simplemente se apaga. Esto significa que un píxel negro no consume energía, lo que puede suponer un ahorro de hasta un 30% de batería si lo usas a menudo.
Pero, aunque tu móvil no tenga pantalla OLED, el modo oscuro también te beneficia: alivia la fatiga visual, sobre todo si usas el móvil por la noche o en espacios con poca luz.
¿Cómo activarlo? En la mayoría de los móviles es muy sencillo. Normalmente lo encuentras en el menú de Ajustes dentro de las opciones de Pantalla. Algunas apps, como WhatsApp o YouTube, también tienen su propia configuración para activar el modo oscuro, que suele estar en sus menús de ajustes.
Es un gesto simple que te da más autonomía y protege tu salud ocular.

75. Configura la suspensión automática de pantalla en tus dispositivos

Si dejas el ordenador o el móvil con la pantalla encendida sin usarlo, estás gastando energía innecesariamente. Una pantalla de sobremesa puede consumir hasta 30 W por hora si no la usas. Si la dejas encendida durante 8 horas al día, el gasto anual puede ascender a unos 10 €.
Configura tus dispositivos para que la pantalla se apague automáticamente tras 1 o 2 minutos de inactividad. En portátiles y móviles, esto también ayuda a prolongar la vida útil de la batería y reduce el desgaste del dispositivo al disminuir la carga térmica.
Este ajuste se encuentra en el menú de energía o pantalla de la mayoría de sistemas operativos. Es una forma sencilla de reducir tu consumo energético diario sin renunciar a nada.

76. Limpia archivos temporales y la caché para mejorar el rendimiento

Con el uso diario, tus dispositivos acumulan archivos temporales, caché de navegación, registros de sistema y otros datos que ya no necesitas. Aunque algunos ayudan a cargar contenido más rápido, cuando se acumulan en exceso pueden ralentizar el sistema, ocupar mucho espacio y hacer que tu equipo consuma más recursos.
Limpiar estos archivos periódicamente mejora el rendimiento general, reduce el uso innecesario de procesador y batería, y alarga la vida útil del dispositivo. Puedes hacerlo manualmente desde los ajustes o con herramientas gratuitas como CCleaner, Files by Google o el liberador de espacio de Windows.
Una limpieza mensual es suficiente para mantener tus equipos más ligeros, rápidos y sostenibles.

77. Gestiona el almacenamiento de WhatsApp para liberar espacio y reducir tu huella digital

WhatsApp puede llegar a ocupar varios gigas en tu móvil si no gestionas bien las imágenes, vídeos y archivos que se descargan automáticamente. Esto no solo ralentiza el dispositivo, sino que aumenta el peso de las copias de seguridad en la nube, generando más consumo energético.
Si te has preguntado cómo borrar imágenes de WhatsApp para liberar espacio, puedes hacerlo desde: `Ajustes > Almacenamiento y datos > Administrar almacenamiento`, donde puedes revisar por contacto y eliminar en bloque lo que ya no necesitas.
También puedes desactivar la descarga automática de archivos o excluir los contenidos multimedia de tus copias de seguridad. Reducir el peso de tu WhatsApp te ayuda a mejorar el rendimiento del móvil, ahorrar almacenamiento y disminuir el impacto digital del uso cotidiano.

78. Desinstala aplicaciones que no usas para ahorrar batería y mejorar el rendimiento

Muchos móviles están llenos de aplicaciones que instalamos y luego olvidamos. Aunque no las uses, muchas de estas apps se actualizan en segundo plano, ocupan espacio, consumen datos y batería, y pueden ralentizar el dispositivo. Si te preguntas cómo mejorar el rendimiento del móvil sin cambiar de dispositivo, una limpieza mensual de aplicaciones es un buen primer paso.
Un método fácil para hacerlo: En Android, ve a Ajustes > Almacenamiento > Aplicaciones para ver el espacio que ocupa cada app y la fecha del último uso. En iPhone, entra en Ajustes > General > Almacenamiento del iPhone, donde puedes ordenar las apps por tamaño o inactividad y eliminarlas fácilmente.
Además de liberar espacio, esta limpieza te ayuda a ahorrar batería, reducir el uso de datos móviles y disminuir el impacto digital de tu dispositivo.

79. Usa WiFi en lugar de datos móviles para reducir el consumo energético

La conexión a internet también tiene un coste energético. Utilizar redes móviles, especialmente 4G y 5G, consume entre 5 y 10 veces más energía que conectarte por WiFi, tanto en tu dispositivo como en la infraestructura de red.
Si te preguntas cómo reducir el consumo energético del móvil, una acción clave es priorizar siempre el uso de WiFi cuando estés en casa, en la oficina o en espacios públicos seguros. El WiFi es más estable, rápido y eficiente.
Además, descargar archivos grandes, hacer videollamadas o ver vídeos en streaming por datos móviles no solo aumenta tu huella digital, sino que también agota antes la batería y la tarifa de datos contratada.
Son gestos pequeños que, al sumarse, marcan una gran diferencia.

80. Desactiva las notificaciones innecesarias para ahorrar batería y mejorar tu autonomía digital

Si te preguntas cómo ahorrar batería en el móvil, empezar por reducir el número de notificaciones es una de las mejores estrategias. Muchas apps activan la pantalla constantemente, vibran o envían avisos inútiles que consumen energía, interrumpen tu concentración y alimentan la adicción al móvil.
Puedes desactivar notificaciones móviles en pocos pasos:
En Android: Ajustes > Notificaciones > Gestión de notificaciones.
En iPhone: Ajustes > Notificaciones > selecciona la app > desactiva “Permitir notificaciones”.
Mantén solo los avisos importantes: llamadas, mensajería directa o apps realmente útiles. Tu móvil consumirá menos batería y tu atención estará menos fragmentada.

81. Desactiva el autoplay en YouTube y otras plataformas para reducir consumo y ganar control

La reproducción automática de vídeos o series puede parecer inofensiva, pero multiplica el tiempo de pantalla y el uso de datos. Si estás buscando cómo desactivar autoplay en YouTube o en Netflix, es un cambio sencillo que reduce tu huella digital y mejora tus hábitos de consumo.
Hazlo así:
En YouTube: Abre la app, toca tu icono > Ajustes > Reproducción automática > desactívala.
En Netflix: entra en tu cuenta desde la web > Perfil > Configuración de reproducción > desmarca “Reproducir el siguiente episodio automáticamente”.
Este pequeño ajuste también es útil si quieres reducir el consumo por streaming, ahorrar batería y evitar que el algoritmo decida por ti lo que ves.

82. Desactiva la copia automática de fotos a la nube y ahorra espacio digital

Muchos móviles están configurados para subir automáticamente las fotos y vídeos a servicios en la nube como Google Fotos o iCloud. Esto incluye capturas de pantalla, memes, contenido reenviado y, en algunos casos, incluso las imágenes de WhatsApp si están activadas las carpetas correspondientes. Si te preguntas cómo desactivar la copia automática de fotos para ahorrar espacio y reducir tu huella digital, puedes hacerlo así:
En Android: Google Fotos > Ajustes > Copia de seguridad > Carpetas del dispositivo > desactiva las que no necesites (como WhatsApp Images).
En iPhone: Ajustes > Fotos > desactiva “Fotos en iCloud”.
Este ajuste evita el uso innecesario de datos, limita el almacenamiento de archivos irrelevantes en la nube y reduce el consumo energético asociado. También te ayuda a tener una galería más limpia y mayor control sobre tu privacidad digital.

83. Activa el modo avión por la noche para cargar más rápido

Cargar el móvil en modo avión puede acelerar la carga hasta un 25% porque el dispositivo deja de buscar señal constantemente y consume menos energía.
Además, evitas interrupciones nocturnas por notificaciones y alargas la vida útil de la batería al reducir los ciclos de carga. El ahorro en electricidad no te hará rico (unos 2-3€ al año), pero sí conseguirás un mejor descanso, desconexión digital y un móvil al 100% cada mañana.
Por la mañana, simplemente desactívalo al despertar. Pequeño gesto, grandes beneficios.

Más allá de la pantalla: tu huella digital cuenta

Puede parecer que el mundo digital no consume recursos. Pero cada email que envías, cada foto que subes a la nube o cada hora de streaming tiene su propia huella, aunque no la veas.
Los hábitos que acabas de ver no te harán millonario, pero te darán algo mucho más valioso: un móvil que funciona mejor, una bandeja de entrada despejada y un descanso de verdad. Es un saneamiento digital que libera espacio en tu dispositivo y en tu cabeza.
Al final, cuidar de tu tecnología no es solo una moda ecológica: es un acto de sentido común. Menos distracciones, menos sobrecarga y la evidencia de que los pequeños gestos diarios son los que te dan más control sobre tu vida, online y offline.

VI Oficina y hábitos laborales sostenibles

Pasamos gran parte de nuestra vida en el trabajo. Incorporar pequeños gestos en la oficina —ya sea en casa o en la empresa— puede reducir mucho la huella ambiental y mejorar la eficiencia.

84. Imprime solo cuando sea imprescindible y ahorra recursos

A pesar de vivir en la era digital, muchas oficinas siguen dependiendo del papel. Reducir las impresiones innecesarias no solo evita el derroche de papel, tinta y energía, sino que también reduce los costes y el impacto ambiental de cada documento. Para imprimir de forma más sostenible, usa impresoras configuradas por defecto en blanco y negro y a doble cara. Imprime solo lo necesario, evitando emails o borradores que puedes consultar digitalmente. Siempre que sea posible, utiliza papel reciclado con certificación FSC (que garantiza que proviene de bosques sostenibles) o EU Ecolabel (que certifica un bajo impacto ambiental en su ciclo de vida) y fomenta el uso de firmas digitales. Un dato importante: fabricar una sola hoja de papel convencional requiere varios litros de agua, además de energía y productos químicos. Reduciendo el consumo de papel, tu empresa también reduce su huella hídrica.

85. Digitaliza documentos y facturas para reducir papel y mejorar la gestión

Pasar a un sistema digital de documentos, facturas y notas internas permite reducir drásticamente el uso de papel en la oficina. Además de ser una práctica más sostenible, mejora la organización y facilita el acceso remoto a la información. Utiliza plataformas como Google Drive, Dropbox o herramientas específicas de facturación y gestión documental. Puedes escanear con el móvil usando apps como Adobe Scan o Microsoft Lens, y guardar en la nube con carpetas compartidas por equipo. Muchos negocios se preguntan cómo reducir el uso de papel en la oficina. La digitalización es la respuesta más eficaz y fácil de implementar. También te ayuda a eliminar archivadores físicos, liberar espacio y tener una gestión más ágil y segura.

86. Ahorra energía en la oficina con pequeños ajustes

Reducir el consumo energético en el entorno laboral no solo baja la factura de la luz, también reduce la huella de carbono de la empresa. Y lo mejor: muchas de las medidas más efectivas son simples y fáciles de aplicar.
Apaga ordenadores, pantallas y luces al finalizar la jornada o si vas a estar fuera más de una hora. Configura los equipos para que entren en suspensión tras 15 o 30 minutos de inactividad, tanto en ordenadores como en impresoras. Ajustar la temperatura también ayuda: mantener el aire acondicionado a 25-26 °C en verano y la calefacción a 19-20 °C en invierno es más que suficiente para estar cómodo sin derrochar energía.
Si buscas ideas sobre cómo ahorrar energía en la oficina, empieza por estos cambios básicos. En muchas empresas, pueden reducir el consumo eléctrico en un 15 % o más.

87. Utiliza productos de oficina sostenibles y responsables

El material de oficina también puede marcar una gran diferencia en la sostenibilidad del entorno laboral. Elegir alternativas ecológicas ayuda a reducir residuos, apoyar cadenas de producción responsables y transmitir valores sostenibles dentro y fuera de la empresa. Puedes sustituir bolígrafos de plástico por modelos de cartón reciclado o bioplástico, usar libretas de papel reciclado con certificado FSC, carpetas reutilizables, bolsas de algodón orgánico, y productos de merchandising respetuosos con el medioambiente.
Si buscas ideas o proveedores, puedes explorar le sección de papelería sostenible de be green, con productos personalizables para todo tipo de organizaciones comprometidas.

88. Fomenta la movilidad sostenible entre empleados

El transporte hacia y desde el trabajo representa una parte significativa de la huella de carbono de muchas empresas. Fomentar opciones de movilidad sostenible no solo reduce emisiones, también mejora la salud, el bienestar y el compromiso de los trabajadores. Algunas medidas sencillas son facilitar aparcamiento para bicicletas o instalar duchas en la oficina, promover el coche compartido entre compañeros de ruta, bonificar el uso del transporte público con ayudas al abono mensual y establecer horarios flexibles o días de teletrabajo parcial para reducir desplazamientos. Para muchas empresas que se preguntan cómo fomentar la movilidad sostenible en el trabajo, lo importante es combinar incentivos prácticos con un mensaje claro de compromiso ambiental.

89. Establece un punto de reciclaje en la oficina

Contar con papeleras diferenciadas para papel, envases y residuos orgánicos en el espacio de trabajo facilita la separación correcta y anima a toda la plantilla a implicarse en el reciclaje. Es una medida sencilla, pero muy efectiva para reducir residuos y educar en sostenibilidad.
Para que sea un éxito, coloca los contenedores en lugares visibles y bien señalizados, como junto a las impresoras o en las zonas comunes. Puedes usar carteles con ejemplos claros de lo que va en cada fracción para evitar errores. También es útil nombrar a una persona responsable o grupo que supervise su uso. Si te preguntas cómo fomentar el reciclaje en la oficina, empieza por crear un punto limpio accesible y fácil de usar.
Es una pequeña inversión que tiene un impacto inmediato.

90. Usa tazas y botellas reutilizables en lugar de desechables

El clásico vaso de plástico junto a la cafetera o la fuente de agua es uno de los residuos más frecuentes en oficinas. Cambiarlo por una taza de cerámica o una botella reutilizable es uno de los gestos más sencillos y efectivos que puedes adoptar. Una sola persona que use una botella de acero inoxidable o una taza personal evita el uso de hasta 500 vasos de plástico o papel al año.
Además del impacto ambiental, también ahorras dinero si usas tu propia botella para llevar café, té o agua desde casa. En el trabajo, tener tu propia taza o botella transmite compromiso y sirve de ejemplo para otras personas del equipo. Si buscas opciones responsables y personalizables, puedes echar un vistazo a la familia de botellas y tazas reutilizables de be green.

91. Reutiliza papel usado para notas y borradores

Antes de tirar hojas impresas por una sola cara, dales una segunda vida. El reverso de documentos ya usados es perfecto para tomar notas rápidas, hacer listas, esbozar ideas o dejar recordatorios. Este hábito tan simple puede ayudarte a reducir el consumo de papel nuevo hasta un 50% en tareas cotidianas. Además, ahorra dinero y espacio, especialmente en oficinas donde se imprime mucho y se generan documentos diariamente.
Puedes dejar una bandeja o caja en común para que cualquier persona del equipo reutilice papel fácilmente. Si te preguntas cómo reducir el uso de papel en el trabajo sin complicaciones, esta es una de las formas más fáciles y eficaces.
También puedes ponerle unas tapas aprovechando cartón o cartulina que vayas a tirar, decorarlo y construir tu propia libretilla personalizada.

92. Usa escaleras en lugar de ascensor cuando sea posible

Subir uno o dos pisos por las escaleras en lugar de usar el ascensor puede parecer un gesto pequeño, pero tiene beneficios tanto ambientales como personales. El ascensor consume electricidad en cada trayecto, mientras que tú puedes aprovechar esos segundos para moverte un poco más.
Si lo haces dos o tres veces al día, estás reduciendo emisiones, mejorando tu circulación y rompiendo el sedentarismo de forma fácil. Para muchos, esta es una de las formas más simples de hacer más ejercicio en la oficina sin esfuerzo adicional.
Además, es un gesto que puede fomentar un ambiente laboral más activo y saludable si se convierte en hábito compartido.

93. Maximiza el uso de luz natural en tu espacio de trabajo

Aprovechar al máximo la luz del sol no solo reduce el consumo eléctrico, también mejora el bienestar y la productividad. La luz natural ayuda a mantener los ritmos circadianos, reduce la fatiga visual y crea entornos más agradables.
En oficinas o espacios compartidos, es recomendable colocar los puestos de trabajo cerca de ventanas y mantener cortinas o persianas abiertas durante el día. También puedes retrasar el encendido de las luces artificiales lo máximo posible, especialmente por la mañana o en estaciones con más horas de luz.
Si te preguntas cómo ahorrar energía en el trabajo sin complicarte, empezar por optimizar la luz natural es una de las soluciones más inmediatas, gratuitas y beneficiosas para todos.

Sostenibilidad en la oficina: tu trabajo, tu impacto

A veces pensamos que la sostenibilidad en el trabajo es cosa de grandes empresas, pero la verdad es que empieza por los pequeños gestos de cada persona. Estos hábitos demuestran que reducir el impacto ambiental en la oficina es una forma inteligente de ahorrar en los gastos, ser más eficientes y crear un ambiente más agradable para todo el equipo.
Cada hoja que se reutiliza, cada luz que se apaga y cada botella que se rellena tiene un impacto directo en la factura de la luz, en la gestión de residuos y en la huella de carbono de la empresa.
Al final, ser sostenibles en la oficina no es una moda: es puro sentido común. Te ayuda a trabajar mejor, a sentirte más a gusto y a demostrar que un pequeño cambio en el día a día puede tener un impacto brutal.

VII Estilo de vida y ocio sostenible

Ser sostenible también tiene que ver con cómo disfrutamos de nuestro tiempo libre, qué ropa compramos y cómo viajamos. Estos hábitos te ayudarán a reducir tu impacto mientras disfrutas de un estilo de vida más consciente.

94. Opta por moda sostenible y de calidad

La industria textil es una de las más contaminantes del planeta, responsable de grandes emisiones, consumo de agua y generación de residuos. Apostar por ropa sostenible —hecha con materiales orgánicos, reciclados o de comercio justo— es una forma poderosa de reducir tu impacto ambiental.
En lugar de comprar mucha ropa barata que dura poco, elige prendas de mejor calidad, con cortes atemporales y fabricadas bajo criterios éticos. Así alargas su vida útil y evitas contribuir a la moda rápida. Busca sellos como GOTS (algodón orgánico) o Fair Wear Foundation (condiciones laborales justas) para identificar marcas responsables. Un buen ejemplo es la marca española Mandacaru, pionera en el uso de algodón orgánico.
Este hábito también tiene un impacto económico: comprar menos y de mejor calidad es una inversión que se amortiza con el tiempo. Además, cada compra se convierte en un voto por un modelo de consumo más justo.

95. Repara y personaliza tu ropa

Antes de tirar una prenda por una cremallera rota, un botón suelto o una pequeña rotura, dale una segunda vida. Reparar ropa en casa es más fácil de lo que crees, y con unos conocimientos básicos puedes alargar la vida útil de muchas prendas, ahorrar dinero y evitar residuos innecesarios.
También puedes customizar prendas que ya no te entusiasman: añadir parches, cambiar botones, bordar o teñir puede transformar tu ropa y darle un estilo único, sin comprar nada nuevo.
¿No sabes por dónde empezar? Puedes aprender paso a paso con el videoblog en español “Arreglos de ropa, ¡aprovecha tu armario al máximo!”, donde encontrarás vídeos prácticos para coser a mano, hacer dobladillos o customizar camisetas.

96. Intercambia ropa con amigos o en aplicaciones de segunda mano

Muchas prendas que ya no usas siguen estando en buen estado… pero ocupan espacio y terminan olvidadas. Una forma práctica y sostenible de alargar su vida útil es intercambiarlas con otras personas. Puedes hacerlo de forma informal con amigos y familiares o usar plataformas especializadas.
Aplicaciones como Vinted permiten vender, comprar o intercambiar ropa de segunda mano de forma fácil, segura y con opciones para toda la familia. Además, promueven un modelo de economía circular donde la ropa cambia de manos en lugar de acabar en vertederos.
Este hábito no solo reduce tu impacto ambiental, también te permite renovar tu armario a coste cero (o muy bajo), y da valor a prendas que aún pueden tener muchas vidas.

97. Descubre planes de ocio que cuidan el planeta (y tu bolsillo)

No hace falta viajar lejos para disfrutar de buenos momentos. Actividades como pasear perros de perreras, hacer una ruta en bici o observar aves son formas accesibles, reconfortantes y muy gratificantes de pasar tu tiempo libre.
Por poner algunos ejemplos, SEO/BirdLife ofrece rutas ornitológicas y programas para aprender sobre aves, que combinan contacto con la naturaleza con aprendizaje. Si te animas, puedes colaborar con una perrera local paseando perros o visitándolos; es una manera de aportar amor y compañía, y de disfrutar del aire libre sin gastar mucho. Busca la actividad que mejor vaya contigo.
Este tipo de ocio de bajo impacto no solo te reconecta con tu entorno, también suele ser más económico y satisfactorio. Elegir planes diferentes te ayuda a recargar energías, descubrir nuevos lugares y disfrutar sin dejar una gran huella ambiental.

98. Aprovecha las bibliotecas públicas para libros, películas y más

Las bibliotecas no solo son espacios tranquilos para leer o estudiar, también ofrecen préstamo gratuito de libros, películas, música y revistas. Usarlas habitualmente reduce la necesidad de comprar materiales nuevos, ahorra recursos y disminuye residuos.
Por cada libro que no compras (y que posiblemente solo leerás una vez), estás evitando su producción, transporte y embalaje. A nivel económico, el ahorro puede superar los 20-30 € por libro. En un año, si coges uno o dos al mes, puedes ahorrar fácilmente 300 € o más.
Consulta la Red de Bibliotecas Públicas y descubre lo que tienes cerca. Muchas también ofrecen préstamo digital, pero el catálogo físico sigue siendo muy amplio y variado.

99. Disfruta del ocio y la cultura local

Ir a conciertos, obras de teatro o mercadillos de tu ciudad, visitar exposiciones o comprar productos a artesanos locales son formas de ocio más sostenibles. Evitas desplazamientos largos, apoyas la economía de proximidad y descubres lo que tu entorno tiene para ofrecer.
También puedes encontrar propuestas únicas y más accesibles que las grandes producciones comerciales, como festivales independientes, ferias culturales o talleres creativos. Este hábito combina sostenibilidad, ahorro y conexión con tu comunidad.

100. Regala experiencias en lugar de objetos

Cumpleaños, aniversarios o celebraciones no tienen por qué traducirse en cosas materiales que se acumulan. Regalar experiencias —como una entrada al teatro, una clase de cocina, una ruta guiada o una escapada sostenible— crea recuerdos duraderos, no genera residuos y suele tener un impacto ambiental mucho menor.
Además, muchas actividades locales son más económicas que un regalo físico y fomentan el tiempo compartido.

101. Redescubre el placer de los planes caseros

A veces, los mejores momentos no requieren salir de casa. Organizar una cena temática con amigos, una tarde de juegos de mesa, una sesión de películas o incluso una noche de cocina colaborativa puede ser tan divertido (o más) que un plan fuera.
Estos planes no solo reducen el impacto ambiental —menos desplazamientos, menos envases, menos gasto—, también ayudan a ahorrar y fomentan una conexión más cercana con quienes te rodean.
No se trata de renunciar a salir, sino de equilibrar con opciones más sostenibles, accesibles y personales.

Reflexión final:

un estilo de vida más sostenible puede generar ahorros anuales de 500-800€ comprando menos ropa pero de mayor calidad, eligiendo ocio gratuito o de bajo coste, organizando planes caseros y apostando por el intercambio. No significa renunciar a disfrutar, sino descubrir formas más auténticas, económicas y respetuosas con el planeta de vivir.

El poder está en tus manos

No se trata de aplicar los 101 hábitos de golpe. Empieza eligiendo 3 o 4 que más encajen con tu estilo de vida actual, que te parezcan divertidos o oncluso te hagan ilusión. Cada pequeño cambio cuenta.

Una familia que aplique varios de estos hábitos puede ahorrar entre 1.500 y 3.000€ al año mientras reduce significativamente su huella ecológica. Cada euro que no gastas innecesariamente es un euro que no necesitas ganar.

Puedes empezar hoy mismo, ¿te apuntas? Descubrirás que vivir de forma más sostenible no es una renuncia, sino una forma más inteligente y próspera de vivir.

El planeta y tu cuenta bancaria te lo agradecerán.

¿Te animas a seguir la lista?

Ahora te toca a ti: ¿cuáles son los trucos sostenibles que ya aplicas? ¿Hay algún hábito que crees que debería estar en esta lista?

Déjanos un comentario y comparte tus ideas, tus trucos y tus experiencias. ¡Hagamos de este post una lista viva y colaborativa para que podamos seguir aprendiendo!

4 Comentarios

  1. Lia

    ¡Estupendo! Me parece un artículo muy completo y útil, porque aborda la sostenibilidad desde varios aspectos de la vida diaria, pudiendo focalizarte en el que más te interese en este momento: el hogar, la alimentación, el transporte, la reducción de residuos, etc. Me gusta que no se quede solo en la teoría, sino que ofrezca ideas prácticas que cualquiera puede aplicar poco a poco.

    Responder
    • Anónimo

      Son todas unas ideas fantásticas. Con un poco que pongamos todos de nuestra parte, las cosas cambiarían bastante, pero sería bueno compartir con otros países que no hacen casi nada o cero por un mundo más sostenible

      Responder
  2. Marta

    Excelente idea!! Los pequeños cambios constantes tienen un gran impacto. Sin duda, un recurso valioso para quienes queremos mejorar nuestros hábitos y contribuir al cuidado del planeta.

    Responder
  3. Beatriz

    Creo que es un texto para releer de vez en cuando, ya que sirve como guía y recordatorio de que los pequeños cambios constantes tienen un gran impacto.

    Responder

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Contenido extra

 

Los 10 hábitos que más ahorro pueden generar

  1. Ajusta el termostato: Cada grado puede suponer un 7% de consumo en calefacción o aire acondicionado. (Ahorro estimado: 90-140€/año)
  2. Elige electrodomésticos eficientes: Los de mejor etiqueta energética consumen mucho menos durante su vida útil. (Ahorro estimado: 100-150€/año)
  3. Aprovecha sobras y congela comida: Una familia tira 76 kg de comida al año, lo que tiene un impacto enorme en el medio ambiente. (Ahorro estimado: 150-200€/año)
  4. Sella ventanas y puertas: Mejora sencilla y económica que reduce el uso de calefacción y aire acondicionado. (Ahorro estimado: 150-300€/año)
  5. Revisa si necesitas dos coches: Un segundo coche supone un gasto importante en seguro, reparaciones, impuestos y combustible. (Ahorro estimado: 2.000-4.000€/año)
  6. Usa transporte público: Es una de las formas más eficaces de reducir la huella de carbono en la ciudad. (Ahorro estimado: hasta 3.400€/año)
  7. Negocia teletrabajo 1-2 días por semana: Evitar entre 50 y 100 desplazamientos anuales reduce emisiones, gasto y estrés. (Ahorro estimado: 400-700€/año)
  8. Prioriza vehículos eléctricos o híbridos: El coste por kilómetro es hasta 3 veces menor que en un coche de gasolina. (Ahorro estimado: 3.000-3.500€/año)
  9. Intercambia ropa de segunda mano: Es una forma de alargar la vida útil de las prendas y renovar el armario sin comprar nada. (Ahorro estimado: 200-300€/año)
  10. Aprovecha las bibliotecas públicas: Ofrecen préstamo gratuito de libros, películas y revistas. (Ahorro estimado: más de 300€/año)

Los 10 hábitos con mayor impacto ecológico

  1. Evita vuelos (Sustituir un vuelo por un viaje en tren reduce las emisiones de CO₂ en más de un 80 %.)
  2. Usa transporte público (Un autobús sustituye a 30 coches y un tren a más de 100, lo que reduce las emisiones, el ruido y los atascos.)
  3. Prioriza vehículos eléctricos o híbridos (No emiten CO₂ ni gases contaminantes en circulación, mejorando la calidad del aire en las ciudades.)
  4. Negocia teletrabajo 1-2 días por semana (Evitar entre 50 y 100 desplazamientos anuales reduce notablemente las emisiones, el gasto y el estrés.)
  5. Comparte coche con compañeros/as (Reduce las emisiones por persona a la mitad o incluso más, lo que ayuda a reducir la contaminación en la ciudad.)
  6. Reduce la carne roja (Disminuye tu huella alimentaria hasta un 50 % y reduce el impacto de la ganadería, una de las actividades con más emisiones de CO₂.)
  7. Aprovecha sobras y congela (El desperdicio alimentario representa entre el 8 y el 10 % de las emisiones globales de CO₂.)
  8. Alarga la vida de tus dispositivos (Fabricar un solo smartphone nuevo puede emitir hasta 90 kg de CO₂ y requiere materiales escasos.)
  9. Di no a las bolsas de plástico (Una sola bolsa puede tardar hasta 400 años en degradarse, liberando microplásticos.)
  10. Bebe agua del grifo (Evita el consumo de 500 envases de plástico al año por persona.)